La Sub-20 chilena entre los jugadores de casa y del extranjero

La Roja vuelve a decir presente en una Mundial sub-20, tras más de diez años de ausencia, marcada por una camada de jugadores militando en el extranjero y por la suspensión que recae sobre Iván Román en primera fase, una de las máximas figuras del plantel.

Por Benjamín Kattan

A menos de un mes para que el combinado nacional debute frente a Nueva Zelanda en el Estadio Nacional por la Copa Mundial de la FIFA Sub-20 Chile 2025, destaca la alta presencia de futbolistas que ya han partido al extranjero como Iván Román o Damián Pizarro. En total, 11 de los 55 jugadores convocados forman parte de clubes internacionales.

Según Felipe Astorga, técnico de la sub-16 de Palestino, el fenómeno radica en que “son chicos que tienen un cierto nivel más elevado que el resto”. “[Iván] Román (….) siempre fue un chico distinto, él se entrenaba doble desde los 10 años, entonces tiene una cabeza distinta, un pensamiento distinto que el resto”, comenta. Astorga agrega que los formados en el medio local que se van a temprana edad a jugar a Europa, enfrentan presiones distintas al integrarse a la selección. “Están obligados a demostrar que por algo están afuera entrenando o jugando, entonces son generalmente los que llevan la batuta en la selección”, sentencia.

Al contrastar la generación sub-20 actual con la que cayó en cuartos de final del mundial de Turquía 2013 frente a Ghana, se hace evidente una diferencia. En aquel plantel solo tres jugadores militaban en el extranjero, mientras que en el equipo actual hay once preconvocados que ya juegan en el exterior. Si sumamos todas las edades, la cifra de jugadores afuera alcanza los 116, lo que convierte a Chile en el undécimo país de América con más futbolistas expatriados, según datos del CIES Football Observatory.

En ese contexto, un buen desempeño de la Roja en este mundial podría impactar positivamente a los convocados y a otros jugadores, dándoles mayor visibilidad, explica Emilio Araya, cadete sub-16 de Palestino. “Así es como salen la mayoría de los jugadores al extranjero”, comenta el futbolista. “Es inspirador igual para los jugadores que vienen atrás”, agrega.

Actualmente, el técnico Nicolás Córdova trabaja con la prenómina de 55 jugadores para definir la lista final de 21 futbolistas que representaran a Chile en el torneo a jugarse en nuestro país, tras más de una década de ausencia. En esta ocasión la roja compartirá el grupo A junto al actual campeón sub-20 de Oceanía, Nueva Zelanda, además de Japón y Egipto, buscando lograr igualar o superar su mejor marca en un mundial de la categoría, tras lo hecho en Canadá 2007, cuando alcanzó el tercer lugar.

¿Sabes quiénes son los 55 prenominados de Córdova?, te invitamos a descubrirlo aquí👇

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¿Cuándo juega la Roja? Entérate aquí👇

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Te invitamos a revisar los otros grupos del mundial aquí. 👇

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Cómo la Sub-20 de Egipto está cambiando su ADN Futbolístico con una generación europea

Nunca antes la influencia de Europa en la sub-20 de Egipto había sido tan grande como en la Copa Mundial Sub-20 2025 en Chile. Generaciones anteriores se apoyaban casi exclusivamente en futbolistas de la liga local; hoy figuran cinco legionarios formados en academias juveniles de Inglaterra y Francia, entre otros. Para Egipto esto significa un punto de inflexión histórico, tanto en lo deportivo como en lo cultural.

Por: Kaya Katharina Ludwig

Evolución histórica

Una mirada al pasado muestra lo radical del cambio. En el torneo sub-20 de 2009 solo un jugador militaba en el extranjero, en Arabia Saudita. Cuatro años más tarde eran cuatro, todos ellos en clubes de Oriente Medio. Pero el salto a Europa tardó en llegar. Ahora, en cambio, la Sub-20 se presenta con una generación de talentos procedentes de academias europeas de renombre: Cam’ron Ismail (Arsenal FC U21), Omar Khedr (Aston Villa), Amr Khaled (FC Aarau), Kareem Ahmed (Liverpool FC U21) y Radwan Hamzawy (AJ Auxerre U19).

Esta tendencia también se refleja en las estadísticas: según el CIEA Football Observatory, Egipto cuenta con 29 futbolistas expatriados, muchos de ellos en Europa y Oriente Medio. En comparación global, el país aún está lejos de potencias exportadoras clásicas como Brasil (mundial) o Nigeria (en toda Africa), pero la evolución es clara: el futbol edípico se internacionaliza.

La nueva generación

Especialmente en la ofensiva se nota la presencia de los legionarios. A diferencia de décadas anteriores, cuando el fútbol egipcio se centraba en la estabilidad defensiva, esta generación aporta velocidad, técnica y un estilo de juego más ofensivo. La experiencia en las ligas juveniles europeas no solo eleva la calidad individual, sino que también transforma la orientación táctica de todo el equipo.

El experto de fútbol Finn Jantzen explica: “Los legionarios aportan otro mentalidad: presión alta, ritmo intenso y una mejor comprensión de los movimientos tácticos. Eso eleva a la Sub-20 a un nuevo nivel”.

Sin embargo, no todos ven este desarrollo de forma exclusivamente positiva. La analista deportiva Mira Wiederkehr advierte: “También existen riesgos. Los jugadores socializados en Europa se diferencian cultural y deportivamente de aquellos que permanecieron en Egipto. Estas diferencias pueden generar tensiones dentro el equipo.”

Oportunidades y riesgos

La mayor ventaja para Egipto radica en la profesionalización creciente. Los jugadores de academias europeas traen consigo una nueva mentalidad de entrenamiento. Son fisicamente más fuertes, tácticamente más formados y han aprendido a competir en entornos de alta exigencia. Al mismo tiempo, existe el riesgo de que se alejen de la cultura futbolística de su país y que estilo egipcio pierda definición.

No obstante, los expertos coinciden: esta generación marca un antes y un después.

Perspectivas

El Mundial de Chile será una prueba. Si cuerpo técnico y jugadores logran integrar a los legionarios europeos con los talentos locales en un bloque sólido, Egipto podría dar la sorpresa. ¿Y a largo plaza? La incorporación de estos futbolistas a la selección absoluta podría modernizar por completo el fútbol egipcio: dejar atrás la defensa pura para apostar por un estilo híbrido que combine tradición con la dinámica europea.

La generación Sub-20 de 2025 es, por tanto, más que un equipo: es el símbolo de una transformación profunda.

Los Youth All Whites de Nueva Zelanda vuelven al ruedo

Crédito https://www.nzfootball.co.nz/

Por: María Piña

Mientras el mundo del fútbol juvenil vuelve sus ojos hacia Chile, sede del Mundial Sub‑20 que se celebrará entre el 27 de septiembre y el 19 de octubre, emerge silenciosamente una nueva historia: la tensión entre el desarrollo acelerado del talento y los riesgos físicos que enfrenta la selección sub‑20 de Nueva Zelanda.

El camino a Chile se cimenta sobre una fuerte estructura nacional. Según NZ Football, su Talent Development Programme impulsa a jóvenes de 13 a 17 años a través de entrenamientos estandarizados y rutas de ascenso claras, con apoyo de clubes como Auckland FC y Wellington Phoenix para facilitar la futura transición a niveles profesionales (nzfootball.co.nz).

Internacionalmente, el sorteo del Campeonato Mundial ubicó a los campeones de Oceanía —Nueva Zelanda— en el Grupo A junto a Chile, Japón y Egipto (Oceania Football Confederation). Un desafío complicado que propondrá partidos intensos y de alto nivel.

Una frontera frágil: especialización temprana y salud juvenil

Pero bajo la ilusión también hay advertencias. Una tesis doctoral reciente de la Auckland University of Technology revela que el 43 % de los jóvenes futbolistas de entre 10 y 15 años en Nueva Zelanda están altamente especializados en fútbol, dedicándose intensamente al deporte . Apenas el 16 % ha evitado lesiones en el último año, mientras que especializados tienen cuatro veces más probabilidades de haber sufrido lesiones por sobreuso que sus pares con práctica más variada .

Comparativas con ediciones anteriores: rendimiento en alza

La búsqueda del equilibrio entre el desarrollo del nivel y la precaución está generando resultados en la selección. En el Mundial Sub‑20 2019, Nueva Zelanda consiguió destacarse con una victoria histórica por 5‑0 ante Honduras, mostrando progresión en el grupo y alcanzando nuevamente los octavos como en 2015 y 2017 (ESPN.com.ar). En cambio, en la Copa 2023, aunque logró avanzar de fase, fue goleado 5‑0 por Argentina y eliminado en octavos —un reflejo de avances  pero con tropiezos significativos durante el camino. (ESPN.com.ar).

Preparación táctica: amistosos estratégicos frente a Chile

Con el fin de prepararse al máximo el equipo se movilizó de forma estratégica. El 19 de mayo de 2025, el entrenador Chris Greenacre convocó una selección de 21 jugadores para disputar dos amistosos ante Chile, anfitrión del mundial (santiagotimes.com). La plantilla combina talentos locales —12 jugadores— y figuras salientes de clubes de Australia, Croacia, Inglaterra y Estados Unidos (santiagotimes.com).

Greenacre subrayó la importancia de estos partidos no sólo como pruebas futbolísticas, sino como exposición a estilos distintos, fundamentales para una competencia que trasciende a Oceanía (santiagotimes.com).

Cierre: entre ambición y sostenibilidad

En resumen, la selección sub‑20 de Nueva Zelanda encarna una dualidad: ambición continental, impulsada por un sistema de desarrollo sólido, y vulnerabilidad física derivada de la especialización temprana. Su participación en Chile 2025 no será solo una muestra  deportiva, sino una prueba de cómo un país mide el éxito sin descuidar la salud de su juventud.

El “bushidō” sofoca a una nueva generación japonesa

Créditos https://www.jfa.jp/

El bushidō es el código de honor y disciplina de un samurái. Es su manual para la vida. Japón trasladó esto al futbol y la rigidez crónica de este código mantiene a raya el progreso del equipo. El miedo al fallo y la inflexibilidad sistemática del juego deteriora el filo de la punta de la katana: el número 9.

Por: Diego Valenzuela

Por una mezcla de factores biológicos (el japonés promedio no es ni alto, ni fornido), ideológicos (respeto muy alto al prójimo , intolerantes al fallo propio y ajeno), y organizacionales (priman el juego coral en equipo por sobre el individual) la teórica estrella del equipo, el delantero centro, brilla por su ausencia.

Esto perjudica al surgimiento de un goleador nato, pero desde la Asociación de Fútbol de Japón (AFJ)  intentan sustituirlo con un juego asociativo total implementado desde las bases en la formación de los futbolistas. Esta sustitución aún no es perfecta, Japón no ha logrado pasar de octavos de final en un mundial… siguen lejos de completar su plan de 100 años para ser campeones del mundo. “No tenemos un buen «hacegoles». Los campeones del mundo siempre tienen al mejor «hacegoles»”, eso expresa Taka, un estudiante universitario en Kyoto con su inglés precario. Pero el fútbol no entiende barreras ni siquiera del lenguaje.

Gentileza: Kyoto Travel, guía oficial de turismo de la ciudad.

Desde la AFJ se desarrolló una idea nacional de juego implementada en todas las academias del país, esta busca que todos los prospectos jueguen bajo el mismo código. Que cada uno sea compatible con cualquiera, asegurando una buena química cuando lleguen a vestir la camiseta de los Blue Samurai.

El sistema del fútbol de Japón es tan perfecto que parece un manga; como el mítico “Supercampeones”. Los jóvenes de todo el país disputan un campeonato nacional organizado por la AFJ; no solo las inferiores de los clubes, sino también los colegios. El fútbol escolar (Sub-18) y los juveniles de los equipos de la J-League (1° división japonesa) compiten entre sí anualmente en la Premier League Príncipe Takamado.

Gentileza: Netflix, distribuidor global del anime Supercampeones, manga original por Yōichi Takahashi

Al igual que Oliver Atom y Steve Hyoga, los jóvenes más prometedores del país se conocen y se enfrentan en una competencia nacional desde los 15 años. Para cuando dan el paso a la J-League, están familiarizados no sólo con muchos de sus contemporáneos (sin importar de donde vengan)  sino que todos juegan bajo el mismo bushidō.

Este “adoctrinamiento” de los jóvenes japoneses tiene una parte negativa: mata la creatividad e infra-explota la capacidad individual —no hay un 9 estrella, porque no permiten que se desarrolle—. Enzo Caszely, subgerente de fútbol formativo del Colo-Colo advierte que aunque el juego y el sistema te pueden llevar lejos, prescindir de lo inmaterial del talento y la individualidad es peligroso: “hay que jugar para aprender y no aprender para jugar”.

Enzo sostiene la tesis que de sobreexponerse a un código o manera especifica, los jugadores se vuelven excepcionales intérpretes de dicho código, pero,  en un juego lleno de imprevistos (como el fútbol) necesitas tipos que sepan improvisar, que se atrevan a romper el bushidō.

Todo retorna a la ausencia de aquel que lo arriesga todo. Quien, por su ego, se percibe como el mejor. En un país lleno de samurais regidos por un código estricto, hace falta un ronin, que siga su propio camino.