Con Jorge Dely Valdés como guía e inspiración, Panamá afronta el Mundial Sub-20 con un plantel que apuesta a la disciplina, la unión y el trabajo en equipo. Figuras como Oldemar Castillo y Ernesto Gómez reflejan el espíritu de una generación que confía en la experiencia de su entrenador y en la fuerza del grupo para competir en Valparaiso, Chile.

Imagen: Eco
Por: Manuela Texeira Nuñez
La selección de Panamá, más conocida como “Canaleros”, se está preparando para la Copa Mundial Sub-20 como integrante del Grupo B, junto a Corea del Sur, Ucrania y Paraguay. Dos de sus jugadores, Oldemar Castillo y Ernesto Gómez, lo definen como un equipo unido, disciplinado y con aspiraciones de triunfar.
El técnico panameño, Jorge Dely Valdés, es reconocido por su trayectoria internacional en clubes de Uruguay, Chile y Japón, y por ser quien guió a la categoría Sub-23 de esta selección a ganar el torneo Esperanzas de Toulon en 2023. Su pasado como jugador es una fuente de inspiración y confianza, lo que le permite generar vínculos con los jugadores.
El jugador Ernesto Gómez, recién convocado, resume la esencia del equipo con tres palabras: unión, fortaleza y familia. Estos valores van más allá del campo de juego y se construyen en la intimidad del grupo. Ernesto destaca a su entrenador como una figura clave en esa construcción: “Es una gran persona, dentro y fuera de la cancha; él nos ha ayudado bastante a cada uno de nosotros”. Este apoyo personal y la experiencia de Valdés como exfutbolista, según Gómez, les da una perspectiva única: “Si él te dice algo, es por algo, porque él tiene esa experiencia”.
Oldemar Castillo, prometedor extremo derecho de 19 años, ve este mundial como el siguiente paso en un camino que se inició en el Mundial Sub-17. “Es algo que hay que aprovechar, y uno está en su momento para hacer las cosas bien”, comenta, entendiendo que esta es una oportunidad que se da pocas veces en la vida. Al hablar de sus oponentes, Oldemar muestra una mentalidad madura y realista. A pesar de reconocer la calidad de los otros países y que “solo hay un ganador”, la fe y la esperanza permanecen intactas. “Nosotros trabajamos muy duro”, afirma. Sabe que el éxito no solo depende del talento, sino de la dedicación a los detalles, a la recuperación y a la rotación de jugadores en un torneo tan exigente.
Con el respaldo de un líder que entiende sus desafíos y la confianza en su trabajo en equipo, estos jóvenes panameños llegan a Chile con una promesa. Ernesto Gómez le envía un mensaje a los aficionados: “No los vamos a decepcionar, no los vamos a defraudar, y vamos a salir adelante y a hacer un buen mundial, un buen papel”.
La historia de los “Canaleros” en este Mundial es, en esencia, la de una nueva generación de futbolistas que, impulsados por la unión y la disciplina, buscan escribir su propia historia bajo la tutela de un respetado entrenador, una narrativa humana que promete ser la verdadera novedad de este Mundial Sub-20.
