Por: Macarena Freitte
La selección Sub-20 de Sudáfrica, conocida como Amajita, llegará al Mundial Sub-20 de la FIFA Chile 2025 con una historia distinta a las anteriores. No solo es la vigente campeona del Sub-20 Copa Africana, también una generación moldeada bajo un proyecto que combina ciencia, deporte y políticas de desarrollo juvenil, en un país que busca dejar atrás años de irregularidad futbolística.
El seleccionador Raymond Mdaka, nombrado en 2024, es crucial en este cambio. Bajo su dirección, Sudáfrica incorporó metodologías científicas en la preparación física y cognitiva de los jóvenes, inspiradas en experiencias de clubes como Mamelodi Sundowns, cuyo estilo “shoeshine and piano” marcó identidad en el fútbol local.

La Amajita disputará sus encuentros del Grupo E en Rancagua, ciudad que ya se prepara para recibirlos. El embajador sudafricano en Chile, George Monyemangene, visitó el Estadio El Teniente y el Complejo Deportivo Patricio Mekis, que serán la base del plantel.
Durante la visita, Monyemangene destacó desde el medio El Tipógrafo, que la presencia del equipo trasciende lo deportivo: “Esto es diplomacia deportiva. Queremos que Sudáfrica y Rancagua establezcan lazos culturales, educativos y económicos. El fútbol es una puerta para conocernos mejor como pueblos”.
El alcalde de Rancagua, Raimundo Agliati, coincidió en por el mismo medio, la relevancia del torneo: “La ciudad no solo será sede de un grupo del Mundial, también fortalecerá lazos con un país que trae una generación con hambre de gloria. La infraestructura que hoy mejoramos será parte del legado para los rancagüinos”, señaló.
Cifras de la Asociación de Fútbol de Sudáfrica, desde 2019 se duplicó la inversión en programas juveniles, alcanzando un 40% del presupuesto anual de desarrollo. Además, el país escaló en el ranking juvenil de la CAF al segundo lugar en 2025, un logro inédito que refleja el impacto de las nuevas políticas.
Para Eduardo Urturbia, encargado de comunicaciones del Ministerio del Deporte, este torneo es mucho más que fútbol: “Es una vitrina global: se transmitirá en más de 120 países y será seguido por millones de personas. Más allá del deporte, proyecta a Chile como un país capaz de organizar eventos de nivel mundial y mostrar su cultura, diversidad territorial y hospitalidad” comentó Urturbia.
El orgullo también se vive fuera de la cancha. Tindelina Bekker, ciudadana sudafricana que residió en Chile, subraya el valor simbólico de la clasificación, comentó: “Es rico ver nuestra bandera en un evento así y muestra que los jóvenes tienen una plataforma para crecer, no solo como futbolistas, también como embajadores del país”.
En la misma línea, Craig Leeson, piloto sudafricano que vivió en Punta Arenas, destacó: “Es una oportunidad para que los jóvenes talentos demuestren sus habilidades a nivel internacional y adquieran una experiencia valiosa. Estos torneos son un símbolo de orgullo nacional, porque demuestran que nuestros jugadores pueden alcanzar un nivel mundial.”

